Actividad recomendada para educadores

Tanto las personas normoyentes como las personas con discapacidad auditiva y portadoras de prótesis, para percibir la dirección del sonido y reconocer su procedencia, necesitan escuchar el sonido con ambos oídos (bilateralidad). Escuchando sólo con un oído es prácticamente imposible localizar un sonido con precisión.

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Imagen extraída de la web de MEDEL

A qué ayuda localizar el sonido?

Nada más pueden girar la cabeza, los bebés buscan instintivamente la fuente sonora e intentan mirar hacia ella. Esto les permite desarrollar una imagen de la gente y de las cosas que están a su alrededor.

Esta habilidad nos permite:

  • Evitar situaciones peligrosas. Diferenciar sonidos de nuestro entorno de forma independiente y ubicar situaciones peligrosas, ya que cuando conocemos la procedencia del sonido, podemos mirar y reaccionar si fuese necesario.
  • Mejorar su comprensión del habla. Los enunciados orales siempre se comprenden mejor cuando miramos al interlocutor, sobretodo en entornos con gran contaminación acústica.
  • Detectar movimientos mediante los sonidos. Si sabemos de dónde viene un sonido, podemos imaginar el movimiento de la gente y los objetos de nuestro entorno. Esto mejora la orientación y consecuentemente la seguridad en la vida diaria.

Cómo funciona la localización del sonido?

Hacemos uso de las sutiles diferencias para localizar los sonidos, por lo tanto, oímos la señal en el oído derecho, antes y más intensamente que en oído izquierdo. Esta pista nos confirma que la fuente sonora está localizada a nuestra derecha.

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Imagen extraída de la web de MEDEL

Factores que intervienen en la localización del sonido

  • El entorno. La audición se ve influida por: condiciones acústicas, ruido de fondo, cantidad de sonidos y capacidad para diferenciar las diferentes voces.
  • La habilidad para orientarse debe ser desarrollada. Alcanza su máximo potencial a los 10 años y disminuye gradualmente a partir de los 40.

Dado que la localización depende la experiencia y se puede desarrollar mediante la práctica, sabiendo de la importancia de desarrollar esta habilidad, ASPAS ha realizado talleres grupales con el objetivo de entrenarla. Se han dividido los talleres en dos grupos según las edades: de 3 a 6 años y de 6 a 12 años. En éstos se han realizado actividades mediante juegos donde los niños han podido disfrutar a la vez que, sin darse cuenta, iban desarrollando la capacidad de escucha, aprendiendo a localizar la fuente sonora y a identificar diferentes sonidos.

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Noa durante un ejercicio de localización

 

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Actividad grupal de localización

Referencias bibliográficas

Sandra Borda y Carla Calvet, logopedas de Fundación ASPAS