El martes pasado celebramos en ASPAS Palma nuestra tradicional chocolatada de navidad. Entre las actividades programadas realizamos dos cuentacuentos. Hoy os presentamos el cuento que adaptamos para nuestros niñ@s de 1 a 6 años y sus familias, ¿A qué sabe la luna?
Desde el servicio de logopedia preparamos este cuento, de Michael Grejniec, porque tiene un vocabulario sencillo y la historia permite la interacción con los más pequeños.
El objetivo era adaptar el cuento de tal forma que tod@s los niñ@s, independientemente de su nivel de comunicación, pudieran entender la historia o parte de ella. Para conseguirlo teníamos que hacer visibles a los personajes (en este caso los animales de la selva), sus acciones (subir, bajar, comer, saltar…) y sus pensamientos (a mi me sabe a…, he pensado que…).
A continuación os describimos algunos de los recursos visuales que utilizamos:
- Narración de la historia en BIMODAL (en lengua oral y signos).
Imagen del cuentacuentos en la que las logopedas utilizan BIMODAL
- Murales sobre los que construir la historia. Ya os contamos en la entrada anterior, ¿leemos un cuento?, la importancia de contextualizar la historia, presentar a los personajes y anticipar el vocabulario. Nuestro cuentacuentos empezó con la presentación de todos los animales de la selva. Repasamos su nombre entre todos (oral+signo), expresamos su onomatopeya y los colocamos en nuestra pequeña selva. Con esta introducción aprovechamos para trabajar: conceptos espaciales (arriba, abajo, dentro, fuera…) y algunas acciones (pasea, come, se baña…).
- Todo el vocabulario es visible. Lo fácil fue representar a los animales mediante imágenes, pero nostras queríamos que todas sus acciones y pensamientos también lo fueran. Para ello los animales y la luna tenían que poder moverse por el mural con facilidad. A continuación os presentamos algunas imágenes que lo representan.
- La conclusión. En nuestro cuentacuentos había una gran luna en el centro de la sala que guardaba una sorpresa… Al acabar la historia tod@s l@s niñ@s se acercaron a ella para saber a qué podía saber nuestra luna. A la de tres salieron caramelos de múltiples sabores. Como actividad final les permitió entender un poco más el objetivo del cuento.
A nuestros niños (y a sus papás y mamás) les encató y nosotras estamos deseando volverlo a repetir.
Mirad sus caras…
Si queréis ver más imágenes de nuestra chocolatada podéis consultar nuestro facebook.
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